Oaxaca, 10 de abril de 2025.- Oaxaca de Juárez no solo presentó un nuevo Plan Municipal de Desarrollo 2025-2027; presentó un nuevo estilo de gobernar.
En una ciudad históricamente marcada por las promesas no cumplidas, el alcalde Raymundo Chagoya decidió hacer del diálogo vecinal el punto de partida de su administración.
La diferencia no es solo de forma, también es de fondo. Es la transición de un gobierno que impone a uno que se deja interpelar por su gente. Gobernar no como ejercicio vertical de poder, sino como ruta compartida.
Desde su primer discurso al frente de la capital oaxaqueña, Chagoya marcó un tono inédito con el reconocimiento a la diversidad del municipio, la inclusión de voces de agencias y colonias, y la centralidad del diálogo como herramienta de transformación.
“Gobernar es escuchar, no imponer; es cumplir, no prometer”, repitió con claridad, reafirmando que el protagonismo ciudadano no es un eslogan, sino la columna vertebral de su administración.
La ciudad como proyecto colectivo
El Plan Municipal de Desarrollo no fue redactado entre muros institucionales. Se gestó en las calles, en las asambleas, en los buzones vecinales. Chagoya encabezó un ejercicio de escucha activa que abarcó 14 encuentros vecinales antes de asumir el cargo, y siete más en sus primeros 99 días.
“Este plan es la voz de ustedes convertida en estrategia, acción y dirección”, dijo ante un auditorio lleno, con un tono más de compañero que de autoridad.
Ese proceso participativo cristalizó en cinco ejes estratégicos: bienestar vecinal, gobierno honesto y de territorio, paz y justicia, prosperidad económica e infraestructura sostenible. Pero más allá de la arquitectura técnica, lo que destaca es el principio que los sostiene: la ciudad no como escenario de gobierno, sino como protagonista.
Un presidente en territorio
Hay un nuevo mapa en Oaxaca de Juárez, y no está hecho de calles o polígonos, sino de recorridos, encuentros, caminatas con la gente. El presidente municipal no gobierna desde el escritorio, sino desde las banquetas. Lo han visto en las agencias, en los tequios, en las colonias olvidadas por décadas.
Chagoya encarna un liderazgo de cercanía y acción, lo que ha permitido recuperar la confianza de los oaxaqueños en su gobierno.
Desde el programa «Tache al Bache» hasta la recuperación del Festival de la Primavera, cada acción se inserta en una visión de ciudad donde la administración pública no solo soluciona, sino que dialoga, reconoce y trabaja con la comunidad.
Una hoja de ruta con visión de Estado
El Plan Municipal de Desarrollo está alineado a los proyectos estatal y federal. Lejos de los localismos aislados, Chagoya apuesta por una gobernanza sincronizada: con Salomón Jara desde el gobierno estatal, y con el proyecto nacional de transformación que impulsa la presidenta Claudia Sheinbaum.
Es un gesto de madurez política: Oaxaca no se gobierna sola, y el futuro exige coordinación efectiva entre los tres niveles.
Además, el plan incluye ejes transversales como igualdad sustantiva, derechos de la infancia, medio ambiente e interculturalidad, demostrando una administración consciente de su complejidad social y de sus desafíos éticos.
Gobernar con principios
Un detalle relevante es la insistencia del alcalde en el “decálogo moral para la transformación”, una guía ética para las y los funcionarios municipales. No es un anexo simbólico, sino una exigencia concreta de conducta pública.
En tiempos donde la desconfianza institucional es la norma, Chagoya apuesta por la integridad como principio de gobernabilidad.
El reto, por supuesto, no es menor. Gobernar con la gente exige tiempo, sensibilidad y mucha voluntad. Pero es también el camino más sólido para reconstruir el tejido social.
La ciudad como causa
Raymundo Chagoya ha dejado claro que no se trata solo de administrar la capital, sino de inspirarla. “Oaxaca de Juárez es nuestra casa, es nuestra causa”, afirmó al cierre de su presentación. Y esa frase, dicha con convicción, resume el espíritu de su gobierno, uno que no se concibe como poder, sino como servicio; no como distancia, sino como vínculo.
La ciudad ha hablado, y su voz ya no es un eco olvidado. Es ahora parte de la ruta, del diseño, del futuro. Y al frente, un presidente municipal que no busca figurar, sino transformar.
Fuente: Agencia Oaxaca