Oaxaca, 18 de Diciembre de 2024.- En Oaxaca, este miércoles se celebra la festividad de la Virgen de la Soledad, patrona de Oaxaca.
Es una tradición que une y trasciende fervor religioso, historia y cultura.
Miles de fieles acudieron desde la noche de este martes al santuario dedicado a esta imagen, considerado uno de los máximos exponentes del barroco novohispano en México.
La Virgen de la Soledad es venerada desde el siglo 16, cuando, según la tradición, un arriero encontró la imagen en una mula cargada con oro y cacao en la región.
Esto fue interpretado como una señal divina para construirle un templo en Oaxaca, lo que marcó el inicio de su devoción.
La imagen representa a la Virgen María en su dolor tras la muerte de Cristo, un símbolo de fortaleza y esperanza.
Se distingue por su manto bordado en oro y una corona de 600 gramos del mismo metal, adornada con perlas y piedras preciosas.
Su santuario, construido entre 1682 y 1690, es patrimonio cultural de Oaxaca y centro de peregrinación.
Durante la celebración, se realizarán misas, procesiones y la tradicional calenda, que incluyó música, fuegos artificiales y danzas regionales.
Los fieles también participaron en actos de devoción personal, como el rezo del rosario y la ofrenda de fe.
Esta festividad reafirmó la identidad cultural y religiosa de Oaxaca, destacando el papel de la Virgen de la Soledad como símbolo de unidad entre la espiritualidad.
EL ULTRAJE A LA VIRGEN
El robo de la corona de la Virgen de la Soledad es uno de los episodios más impactantes en la historia de esta venerada imagen.
Ocurrió en la madrugada del 29 de marzo de 2003, cuando un grupo de delincuentes ingresó al Santuario de la Virgen de la Soledad, en la ciudad de Oaxaca, y sustrajo la corona original de la imagen, valorada en millones de pesos debido a su alto contenido de oro.
La corona, que había sido obsequiada a la Virgen en 1904 durante su coronación pontificia, tenía un gran valor no solo económico, sino también espiritual e histórico para los fieles y la comunidad. El hurto provocó consternación entre los oaxaqueños y devotos de todo el estado.
El caso generó un amplio operativo de búsqueda y una investigación que trascendió el ámbito local. Semanas después del robo, las autoridades lograron recuperar la corona en un cateo realizado en la Ciudad de México. Varios de los implicados fueron detenidos, aunque el incidente dejó una huella en la percepción de la sociedad.
Tras la recuperación, la corona fue devuelta al santuario con medidas de seguridad reforzadas, y se implementaron protocolos más estrictos para proteger tanto la imagen como sus ornamentos.
EPICENTRO DE FE
La Basílica de la Soledad en Oaxaca es un ícono arquitectónico y religioso con profundo valor histórico, considerado uno de los máximos exponentes del barroco novohispano en México.
Su construcción comenzó en 1682 bajo la supervisión del obispo Juan de Cervantes y Padilla, y se concluyó en 1690, marcando un hito en el desarrollo urbano.
El origen del santuario está vinculado a la veneración de la Virgen de la Soledad, cuya devoción comenzó en el siglo 16. Según la tradición, un arriero encontró la imagen en el lomo de una mula durante su trayecto por Oaxaca. La mula, agotada, se desplomó en el sitio donde actualmente se encuentra el templo, interpretándose como una señal divina para construir un lu.
La basílica, elevada a tal categoría por el Papa Pío 10 en 1909, destaca por su diseño arquitectónico singular. Presenta una planta en forma de cruz latina, una cúpula ornamentada y un imponente retablo principal de estilo churrigueresco. La cantera verde característica de la región marca su estructura, dotándola de una estética imponente que fusiona la devoción religiosa y la destreza artística de la época.
El recinto alberga la imagen de la Virgen de la Soledad, esculpida en madera y vestida con trajes bordados en oro. Su joyería, incluida su emblemática corona, refleja la riqueza y la fe de sus devotos a lo largo de los siglos. Además, su ubicación, en el centro histórico de Oaxaca, la convierte en un punto de referencia cultural, inscrito como Patrimonio Mundial po
La Basílica no solo es un centro de peregrinación y fe, sino también un testimonio vivo de la historia de Oaxaca. Sus muros resguardan relaciones de conquista, evangelización y resistencia, convirtiéndola en un símbolo de identidad y unidad para los oaxaqueños.
Fuente: Quadratin