Países Bajos, 04 de octubre de 2024.- Un estudio midió una reacción del sistema nervioso del espectador frente a una creación de arte.
Científicos piensan haber revelado el secreto tras la fama de La joven de la perla, del pintor Johannes Vermeer, luego de medir el efecto de la obra en el cerebro de quienes la contemplan.
El museo Mauritshuis de La Haya, que alberga la obra mundialmente conocida, pidió a neurocientíficos medir la actividad cerebral de los espectadores que observan el retrato, así como otras obras expuestas en el lugar.
Concluyeron que el espectador queda atrapado en un «bucle atencional sostenido», fenómeno neurológico que, según los investigadores, sería característico de La joven de la perla.
La mirada del espectador es en un primer tiempo atraída por el ojo de la joven. Se desplaza luego a su boca y se desliza hacia la perla, para subir de nuevo hacia el ojo.
Este bucle atencional es la causa por la que uno se detiene más tiempo en este cuadro que en los otros, explica Martin De Munnik, de la sociedad de investigación Neurensics, que realizó el estudio.
«Usted está obligado a estar atento, quiéralo o no», agregó.
Midiendo la actividad cerebral de los participantes, los científicos descubrieron también una fuerte estimulación del precúneo, la parte del cerebro que gobierna la conciencia y la identidad personal.
«Esperábamos que la joven fuera especial. Pero el porqué nos sorprendió también», declaró De Munnik.
«¿Por qué conoce esta pintura y no otras? Gracias a no sé qué», agregó.
Según él, se trata del primer estudio de ese tipo que utiliza las tecnologías del electroencefalograma (EEG) y del IRM para medir una reacción neurológica frente a una obra de arte.
El cerebro no miente
Los científicos también compararon la reacción del cerebro cuando el espectador contempla el cuadro original en el museo y cuando mira una reproducción.
Comprobaron que la emoción experimentada por el espectador es 10 veces más fuerte que cuando ve un póster de la imagen.
Para realizar el estudio, los investigadores adhirieron un captador ocular, así como electrodos alrededor de las cabezas de cada uno de los 10 participantes para seguir su actividad cerebral frente a pinturas originales y reproducciones.
Martine Gosselink, directora de Mauritshuis, considera que esos descubrimientos subrayan la importancia de ir al museo para ver obras originales.
«Es muy importante interesarse en el arte, trátese de fotografía, danza o de obras de la edad de oro neerlandesa», dijo a Afp.
«El cerebro no miente», agregó.
En sus obras, Vermeer destaca un punto preciso, pintando detalles cercanos de manera borrosa, explica Gosselink.
Sin embargo, La joven de la perla tiene tres puntos de focalización: el ojo, la boca y la perla. Según la directora del museo, eso la distingue de las otras pinturas de Vermeer.
«Aquí nosotros vemos a alguien que nos mira de verdad, cuando en todos los otros cuadros de Vermeer vemos a alguien que escribe o cose con la aguja», declaró.
De Munnik señaló que sería interesante realizar estudios similares sobre otras pinturas famosas, como la Gioconda, de Leonardo De Vinci.
“La gente denomina a veces a (La joven de la perla) como la Gioconda del Norte, pero pienso que los tiempos cambian, y tal vez la Gioconda se ha convertido en la Joven del sur”, bromeó Gosselink.
Fuente: La Jornada Maya