El sector restaurantero, por ejemplo, sufrió una fuerte baja en su actividad, pues hasta el mediodía solamente había abierto sus puertas entre el 3 y 5 por ciento de los negocios, tanto de la ciudad, como de la zona hotelera.
“Entre un 95 a 97 por ciento de los restaurantes estuvieron cerrados durante estas primeras horas del día, esperando pasar a la alerta amarilla y tener la posibilidad de transitar”, informó José Julio Villarreal Zapata, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) Cancún y Quintana Roo.
Para la hora de comida algunos centros gastronómicos comenzaron a abrir sus establecimientos, pero otros más decidieron posponerlo hasta el horario de cena, esperando que algunos cancunenses tomaran la decisión de salir de sus casas.
“Tuvimos que ver las condiciones de todos los colaboradores, muchos de ellos viven en zonas donde las inundaciones son muy pronunciadas, entonces tenemos que tomar en cuenta que no hayan sufrido algún incidente dentro de sus hogares para darles los medios para que puedan resolver temas dentro de sus hogares. Dicho lo anterior para hoy (miércoles) probablemente solo aperturen 50 por ciento de los restaurantes si las condiciones mejoran”, especificó.
Los Asociados Náuticos de Quintana Roo, como lo informaron desde el martes, suspendieron todas las actividades náuticas, lo mismo que tours y parques turísticos.
También el comercio informal sufrió los estragos de Helene, pues se les comunicó desde la noche del martes que ningún tianguis podría activarse este miércoles, información que se estuvo compartiendo en sus grupos.
Los miércoles hay un total de seis tianguis en varios puntos de la ciudad, pero son tianguis medianos a los que acuden cuando mucho 200 puestos en el más grande y en el resto entre 40 y 50, por lo que lo consideran un día de descanso y poca afectación.
Angélica Frías, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Cancún, dio a conocer que la mayoría de las empresas decidieron trabajar en home office, y en algunos casos se suspendieron por completo las actividades laborales, sobre todo aquellos que se quedaron sin energía eléctrica o internet.