Integrada por 82 imágenes en gran formato, ofrece una panorámica de las distintas facetas del quehacer del instituto, por medio de la lente de destacados fotógrafos, en su mayoría colaboradores de esa instancia, los cuales configuran una visión colectiva del inmenso patrimonio material e inmaterial del país, así como de la compleja y apasionante labor que esa dependencia efectúa a través de sus trabajadores.
De igual manera, representa «un digno reconocimiento a una institución señera y fundamental del Estado mexicano» y un merecido homenaje a los trabajadores que han hecho del estudio, la investigación, la protección, la divulgación, la docencia y el disfrute social del patrimonio cultural una misión de vida, destacó Diego Prieto, director general del INAH.
«Mediante fotografías históricas de zonas arqueológicas, monumentos históricos, grupos étnicos, museos y bienes culturales, así como de algunos momentos vinculados a personajes, actividades, costumbres celebraciones y saberes de los pueblos originarios, buscamos que los miles de espectadores que a diario tienen contacto con la Galería Acuario del Bosque de Chapultepec se reconozcan y maravillen con este variopinto entramado cultural y con esta maravillosa institución que es el INAH», sostuvo.
También se exhiben instantáneas que se refieren a tareas, procesos y momentos muy específicos. Mencionó por ejemplo las que remiten al trabajo etnográfico o de restauración que realizan las escuelas del instituto, así como al salvamento arqueológico, al resguardo de acervos o a la restauración de inmuebles afectados por los sismos de septiembre de 2017.
Respecto de este último rubro, informó que en la actual administración, el INAH ha contribuido en la recuperación de más de 3 mil inmuebles históricos.
La muestra acoge, asimismo, fotos de algunos de los 15 mil bienes prehispánicos, históricos y culturales que han sido recuperados y repatriados a lo largo de este sexenio en el contexto de la campaña del gobierno federal Mi Patrimonio No Se Vende, luego de haber sido sustraídos ilegalmente del país.
Entre ellos, Diego Prieto mencionó el imponente monolito denominado Portal del Inframundo o Monstruo de la Tierra, de Chalcatzingo, Morelos, que fue sacado ilícitamente de México hace medio siglo y que tras largas gestiones políticas, jurídicas y diplomáticas fue repatriado el año pasado.
Abierta al público hasta finales de septiembre, INAH, 85 años: Guardián de nuestra memoria es un fascinante y aleccionador recorrido que permite conocer a la primera arqueóloga mexicana, Isabel Ramírez Castañeda (1881-1943), a quien se observa en una jornada de trabajo de campo, en una imagen de principios del siglo pasado. También es un acercamiento a comunidades indígenas del México contemporáneo y a sus prácticas y costumbres ancestrales.
Qué decir de la posibilidad de maravillarse con las tomas de imponentes zonas como Uxmal, Tulum, Paquimé o Kabah, o del hallazgo de osamentas de dinosaurios, de petrograbados al borde de una playa, de una punta de flecha de cuarzo en el desierto o de un vestigio en las profundidades de uno de los océanos nacionales, además de las instantáneas de docenas de piezas prehispánicas de magnificente belleza.
La muestra forma parte de los festejos por las ocho décadas y media del INAH, «a través de las cuales se ha consolidado como la gran institución mexicana ocupada de estudiar, preservar, proteger, recuperar, difundir y favorecer el disfrute social del inagotable patrimonio cultural de México, además de formar profesionales de la antropología, la historia y las disciplinas ocupadas del cuidado y la exhibición de los bienes culturales de la nación», según su director.
«El papel del INAH, sin duda, ha sido sustancial para forjar una idea de patria, de soberanía y de identidad nacional, como sustento de la unidad de la nación, pero también para reconocer las innumerables identidades que forjan esta nación pluricultural, cuya condición se sustenta originalmente en sus pueblos indígenas, como reza el artículo segundo de la Constitución Política».
Fuente: La Jornada Maya