“Estamos concluyendo con este programa, que es la primera vez que se hace en el municipio, la duración del programa fue de dos meses y medio, estuvimos en 40 escuelas con 66 jornadas de cinco horas. Los jóvenes participaron en esta experiencia de realidad virtual que es inmersiva, como un tipo videojuego, el chiste del videojuego o de la experiencia inmersiva es que los jóvenes vayan tomando decisiones en el camino, entonces estas decisiones obviamente tienen que ver con el consumo de sustancias, la participación en el delito que pueden llegar a tener los jóvenes, sobre todo desde los 14 hasta los 22 años aproximadamente”, especificó Danielle Camargo, directora del Imjuve.
Este programa lo que hace es que los jóvenes tengan la posibilidad de tomar la decisión en el momento, entonces tienen que hacer frente a diferentes retos, por ejemplo, están con amigos, les ofrecen consumir drogas y ellos tienen la oportunidad de decir sí o no, y si dicen que no, entonces los pasa a la siguiente escena y allí tienen la posibilidad de decir bueno voy a acompañar a mi amigo a que venda tal cosa, digo sí o no; así van escalando hasta que al final la última decisión les puede costar la libertad.
Es allí, relató, en donde aparece un video de una persona privada de su libertad que les aconseja que no sigan malos caminos. A la par ven las incidencias delictivas que existen en la comunidad y en el país; hay estudios que establecen que un joven que entra, por ejemplo, al crimen organizado, tienen una perspectiva de vida muy corta.
“Entonces les comparten, les dicen: estás tomando la decisión equivocada, piénsalo bien, en la realidad virtual uno se puede equivocar 20 veces y no pasa nada, pero en la vida real tomar decisiones obviamente conlleva sus consecuencias, entonces es para que ellos vean este posible resultado que sus decisiones tendrán y pues la piensen dos veces”, acotó la funcionaria.
Y más allá de este programa se hizo una encuesta en la que participaron casi 16 mil jóvenes de manera anónima para la protección de sus datos y todo sobre tendencias de consumo de drogas, de alcohol, presencia de violencias en sus vidas, también sobre armas de fuego y cuestiones socioemocionales que pudieran estar presentando.
Con los resultados podrán tener un mapa claro de jóvenes de diferentes zonas de la ciudad y cuáles son las tendencias y entornos en los que ellos están viviendo, si hay violencia en su casa, si tienen acceso fácil al consumo de drogas, tipos de adicciones en sus familias, algún tipo de depresión. Y otra parte del proyecto es que los jóvenes que necesitaran ayuda tocaran una campanita virtual (lo hicieron más de mil jóvenes) y se canalizaron, ya sea para darle seguimiento con atención sicológica o algún otro apoyo. De momento estas jornadas quedaron en pausa hasta el próximo ciclo escolar e inicio de la siguiente administración.
Fuente: La Jornada Maya